
puedo escuchar tu voz
mientras desciendes
y tú incrédula
me escuchas
pero no me ves
puedo ver tus labios moverse
tus colores me ensordecen
y trato de cambiar la vista
pero tu presencia se hace sentir
imponente
magnética
magnífica
te juego
con el ajedrez a nuestros pies
pero tu mirada de inocencia
me desarma
y titubeo
al comenzar cada jugada
sabiéndome derrotado
desde el comienzo
el libro nos espera
y encadeno las palabras en mi boca
para no decirte:
vámonos de aquí
no me atrevo a mirarte
por miedo
de que me delaten los ojos
cuales tú dices expresivos
y me pongan a la luz
quedando yo atrapado
en el limbo
de los buenos amigos
ya hace rato que hablamos
de regalos
y de letras
y de bailes
y de amores
que se deshilaron
como un traje viejo
me invitas a tu trampa
en la que me niego a caer
pero con gusto te cedo la mía
para que enredes tus palabras en ella
para que me engañes dulcemente
para que me digas
que después de aquella isla
comienzas de nuevo
regalándome una apuesta
que espero no ganar
hasta luego conocida
que fui tuyo sin querer
y que en tu rumbo, tu salida
aunque es antes de la mía
no es más cerca que mi llegada
ahora llega y llama
que te espero
y te espero
y te espero
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