
tus labios están cosidos
con hilo de fibra mnémica
y se sale el sonido lúgubre
de mis llantos
por tus ojos
tus manos en rigid mortis
acechan un último adiós
yo cierro el puño
declarando la guerra
en casa del Tauro
en la tierra santa
en el templo de Venus
ya cayendo en pedazos
las puertas del corazón
el odio se fermenta en mi carne
y el despecho puebla
mi acendrada ilusión
mientras tú
bebes a borbotones mi esperanza
y exprimes mi exangüe cuerpo
de la última gota fresca
de Amor
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