tú no me quieres a mí
quieres mi esencia
quieres el pelo lacio
los ojos grandes
las manos suaves
y la sonrisa tierna
pero no a mí
tú no me quieres a mí
quieres mi engendro
quieres mis labios mullidos
mis palabras dulces
mi intelecto sin dobleces
y la estatura de mi cuerpo
pero no a mí
tú no me quieres a mí
quieres mi atención
quieres entrar
y que te atienda
quieres que te mire fijamente
y que todos sepan
que las palabras que recito
son para ti
tú no me quieres a mí
quieres mi genética
la de un mesero ingenuo
y yo
la de una cliente regular