
¿Dónde estás? Por favor dime.
Espero que lleves algo de cada uno, yo de seguro te llevo a ti muy dentro ya. Mis ojos no tuvieron el placer, ni mis manos, ni mis labios, ni mi abrazo, pero mis oídos se deleitaron con tu voz varias veces. Esa primera llamada fue más planificada de lo que ambos entendemos. Tu última llamada, siempre voy a recordar esa llamada tan extraña, hizo mucho por mi, pero no quiero que quede en eso. Tu amistad significa mucho más que algo físico, pero ahora no sé ni como conseguirte si no es por mi blog o el tuyo. No quiero que sólo me queden los sueños, por favor.
Hay un niño dentro de todos. Antoine de Saint Exupery lo sabía. Hay ángeles guardianes todavía. Ameliè fue un ejemplo de lo que somos capaces.
